Rincones de Cancún

Bueno, lo prometido es deuda y hoy voy a desvelar algunos de los rincones de Cancún que más me gustan. La verdad, estuve un poco en duda a la hora de escribir este post porque sólo los quería para mí (muahaha-risa de mala). Más adelante os contaré algunos secretos de Cancún…Bajo vuestra responsabilidad, pues corréis el riesgo de enamoraros y no querer regresar nevermore.

En primer lugar quiero empezar por uno de los lugares más mágicos en los que he estado. Es el cenote Kin-Ha. Para llegar a él necesitaréis o bien contratar un tour (cosa que no me encanta) o alquilar un todoterreno e ir por vuestra cuenta. Todo depende de lo aventureros que seáis ¡En mi caso siempre me apunto a lo extremo! Para llegar a él tendréis que ir por la carretera que va a Playa del Carmen y meteros por la ruta de los cenotes. Ahí tendréis que estar muy atentos a los cartelitos de madera que hay por el camino para ver el que dice »Cenote Kin-ha». En este punto empezará la aventura. Entraréis por un camino en medio de la selva, de ahí la necesidad del todoterreno, y siguiendo el sendero acabaréis llegando a la entrada del cenote. Dado que tienen que mantenerlo limpio y cuidarlo, cobran una entrada dependiendo de lo queráis hacer. Hay varios cenotes y muchos de ellos nuevos. Yo os recomiendo ir al que está a unos 200 metros de la entrada, el cual accedes saltando por un agujero, más o menos son 2’5 metros de altura. Esta es la entrada para los de espíritu salvaje. También podéis acceder por una escalera de madera que han hecho ellos mismos ¡No os preocupéis que no se rompe! Ahora podéis imaginaros por donde entro yo 😉

cenote-entrada     DCIM101GOPRO

Una vez en el cenote, vía aire o escaleras, veréis que hay murciélagos los cuales son inofensivos. Pasan de ti, literalmente. Además, hay una bola colgada de una cuerda a modo de » wrecking ball», dos tablas de paddle surf y una tirolina. También hay una plataforma de madera en la que puedes descansar, ya que para los que no lo sabéis, los cenotes son de agua dulce y por tanto no flotas mucho. La temperatura del agua tiene un efecto circulatorio estupendo: ¡Está helada! ha ha. Las fotos que os voy a enseñar no son de máxima calidad porque está un poco oscuro y mi cámara no era profesional, pero os podréis hacer una idea y moriros de ganas por teletransportaros allí igualmente…

Una vez os hayáis cansado de chapotear y flipar en esta cuevita mágica,- y me refiero así a este lugar porque cuando entra el sol por el único agujero que hay en el »techo», los rayos de luz provocan en el agua un efecto tan bonito que te gustaría ser un pez para quedarte allí a vivir- podéis ir al siguiente. Nada más tenéis que preguntar como llegar o bien alquilar quads. El camino no es tan fácil y hay que tener algo de destreza para manejarlos.

En este segundo cenote que está a unos 20 minutos del primero, los y las que se consideren Tarzanes contenidos la van a pasar increíble. Tiene una plataforma con una escalera handmade de diferentes alturas para saltar. Hay que tener cuidado y un poco de experiencia porque si caes mal te puedes hacer bastante daño. Doy fe de ello. El salto más alto tiene 14 metros. También hay tirolinas  y una red para trepar. Todo esto en medio de la selva caribeña.

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Y como después de tanta aventura y kilómetros vuestro estómago tendrá vida propia, hay dos restaurantes geniales. Están súper bien de precio y la comida..¡Ay, la comida!.. Eso sí, quien sea sensible al picante que lo avise. Yo ya soy fan de ir enchilada por la vida, pero para un primer contacto puede ser un poco violento 😛

El primero está escondido y es casi imposible de encontrar si no te lo cuentan. Se llama »El Galeón del Caribe» y queda sobre el Km 17 de la Avda. Kukulcán. Hacen las mejores pescadillas del mundo mundial. Si no recuerdo mal, 14 pesos cada una. Si te comes 6 ya estás apañad@ para un buen rato, y al cambio son como unos 4 euros. Os aviso que está en la laguna, es de lo más rústico y hay mosquitos. Un buen repelente os salvará la vida. Tratad de llevar cremas y repelentes biodegradables para respetar la naturaleza de Cancún.

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El segundo restaurante es »El Fish Fritanga» y está también en la Avda. Kukulcán y en el kilómetro 12.6. Mi segunda casa. Este lugar es muy económico también. Podéis elegir entre comer arriba en la palapa, donde pides tacos, burritos, »tortas»… Y no hay servicio de camarero, o bajar las escaleras y comer a pie de la laguna con un menú más amplio y el mejor servicio. Los totopos con dos salsas que te dan de aperitivo son lo más ¡No os olvidéis de ponerle limón! De aquí no podéis iros sin probar los tacos de camarón a la mexicana. Para el postre los plátanos fritos rellenos de queso, con leche condensada y/o crema de leche. Todo un reto para intolerantes a la lactosa como yo. Pero vale la pena jugarse la vida. Palabrita.

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Vais a encontrar a lo largo de la avenida Kukulcán, que atraviesa toda la zona hotelera de Cancún, un montón de restaurantes. Generalmente, están pensados para el turista y se nota en el precio. Sueles pagar por encima de los 40-50 dólares por persona. El Galeón del Caribe y El Fish Fritanga son lugares que frecuentan los mexicanos y la comida es excelente, así que os animo a poner en off el modo turista e integraros en este país que amo.

Os iré enseñando otros rincones de Cancún más adelante para no alargarme tanto hoy.

Nos vemos muy pronto,

XOXO

Carol

4 comentarios en “Rincones de Cancún

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